14/6/10

Ana Soler: Suicidios en el limbo





Realizando mis prácticas como becaria en el Museo de Arte Contemporáneo de Unión Fenosa en A Coruña, me quedé totalmente impactada con una de las obras que allí se encontraban: se trataba de una fantástica e inquietante obra de Ana Soler, perteneciente a su serie "Cicatrices Invisibles: heridas dormidas en la memoria"(2005-2007)

Se trata de una obra llamada:“Suicidios en el limbo” (imágenes 1-3), una nube de 25 Km de alambre de cobre con revestimiento rojo y cuchillas de afeitar (10 x 10 m), 2006, actualmente se encuentra en la exposición permanente del MACUF.


Esta fantástica obra, simboliza las venas y arterias truncadas por el suicidio.


Pero he preferido rescatar a continuación las propias palabras de la artista en la que explica el significado de esta obra:


Catálogo: ANA SOLER. Cicatrices invisibles. El desgaste incansable de la contradicción nipona. Ana Soler. Textos: Kosme de Barañano / Menene Gras / Ana Soler. Edición: MACUF:



"Japón tras su larga etapa de recesión desde la década de los 90, precisamente llamada “década perdida”, puso de manifiesto cómo es uno de los países con un índice mayor de suicidios. Esta etapa de crisis parece haber terminado ahora aunque hay todavía en muchos ciudadanos esa inseguridad en el futuro respecto al tema económico que les lleva a quitarse la vida de modo dramático.


Los suicidas suelen ser personas de entre 25 y 55 años,especialmente hombres que están en la etapa/edad de trabajar y desarrollo laboral.


Hasta antes de los 90 la mayoría de japoneses se sentían muy seguros en sus puestos laborales, sin embargo desde entonces, la incertidumbre se ha apoderado de ellos y los despidos no son algo

fuera de lo común.


Aunque el suicidio dentro y fuera de Japón siempre ha sido conocido a través de los samurais que lo cometían para salvaguardar el honor, "seppuku” o “harakiri”; en la actualidad, deberíamos desterrar algunas leyendas urbanas que suelen achacar los suicidios japoneses contemporáneas a las mismas causas:


la sociedad nipona no sigue tan anclada en la mentalidad del suicidio=honor,típico del samurai feudal.


Hay que recordar que en Japón ni su religión, ni la moral o cultura condena el suicidio en forma específica, y este es un hecho que explicaría las muchas causas y tipos de suicidios en Japón. Por ejemplo, un hecho habitual en Japón, son los suicidios de tipo plural o colectivo "shinju", cometidos por dos personas o más juntos.


Existen varios tipos de suicidios colectivos.Es conocido el suicidio por amor entre dos personas o “joshi que ha sido motivo de muchas novelas y películas en Japón. Muchos autores japoneses sentían fascinación por este tema y algunos de llegaron a matarse de esa forma.


Famoso es el caso del escritor Osamu Dazai, que varias veces intentó matarse consiguiéndolo al final, a la edad de 39 años.


Actualmente no sólo existen suicidios juntos por amor, también a los suicidas les une la amistad por ejemplo entre jóvenes de sexos opuestos o de ambos sexos, o simplemente de dos o más personas con cierta afinidad.


También existe el llamado suicidio familiar o “ikka shinju”, que cometen algunos padres con problemas matándose junto a sus hijos con el pretexto de no querer dejar a éstos solos en el mundo.


Hay jóvenes que quedan por Internet para suicidios colectivos. De este modo, Internet se ha convertido en un nuevo instrumento utilizado para organizar suicidios colectivos en Japón, un país donde más de 34.000 personas se quitan la vida al año.


En la red no es difícil encontrar estos sitios, visitados por personas cada vez más jóvenes y en los que se encuentran pequeños anuncios, consejos, respuestas y manuales de suicidio:


"Tengo 15 años y he perdido las ganas de vivir. ¿Pueden darme una buena receta para morir?", aparece en una de esas páginas.


"Se busca: cualquiera que quiera morir conmigo. Si eres serio, envíame si quieres un correo. Firmado Kenji, 35 años, en Osaka", reza otro pequeño anuncio. Junto a estos comentarios, aparecen largas exposiciones de motivos en los que se describen intentos fallidos de suicidios y se explica con detalle por qué los autores no desean seguir viviendo.


Por otro lado, no pocos japoneses se suicidan arrojándose a las vías de los trenes en Japón. Esto causa muchos problemas a las empresas ferroviarias, el año pasado una de ellas pidió pública y abiertamente “que se vayan a suicidar a otra línea de trenes”.


En Japón, el país de la puntualidad y la perfección, el hecho de suicidarse de esta forma causa grandes perjuicios económicos a estas compañías que tienen que paralizar el tránsito por horas. Las compañías enjuician al suicida (o a sus familiares) para que paguen los perjuicios económicos ocasionados.


Pero existe otra modalidad de lo que se podría llamar suicidio temporal o parcial, que se produce casi exclusivamente en Japón llamado hikikomori, y que siendo invisible parece más interesante de reflexión. Hikikomori en japonés significa inhibición, reclusión, aislamiento y este es el nombre que se ha puesto al trastorno que padecen cerca de 1.200.000 chicos japoneses. Estos adolescentes deciden encerrarse en su habitación o en una parte de su casa después de suspender un examen o tener un desengaño amoroso y lo que empieza por una chiquillada acaba convirtiéndose en años de reclusión voluntaria.La familia resignada no hace más que pasarle la comida sin poder mediar palabra con él. Se refugian del exterior y viven una vida virtual acompañados tv, playstation y todo lo necesario para no tener que salir. Se suelen pasar la noche jugando con juegos y consolas que sus padres les proporcionan (todas las que quieren) y los días durmiendo. Es espeluznante pensar que 1 de cada 10 adolescentes japoneses sufren hikikomori. Parece fácil sacar conclusiones al referirse a un sólo país, Japón, como que es una cultura opresiva con los menores, donde es mejor encerrarse que suspender un examen, o que es una sociedad muy centrada en los videojuegos y la tecnología pasando por alto las necesarias relaciones humanas.


Se puede pensar que estos chicos no están preparados para relacionarse o para solucionar un problema y que todo esto lleva a estos niños a buscar refugio en su habitación.


Para un adolescente es normal que no haya lugar mas seguro que sus 4 paredes, es como esconderte debajo de la manta o poner la cabeza bajo tierra como las avestruces, buscar el lugar donde nadie puede atacarte, nadie puede suspenderte ni dejarte, nada puede salir mal si nada arriesgas. En una situación de gran tensión social y emocional lo mas fácil es encerrarse y dejar pasar los años. Dentro del trastorno hay diferentes perfiles: algunos salen por la noche pero rehuyen la compañía y la conversación, otros al sentir presión por sus padres para hablar o salir del cuarto se ponen violentos o amenazan con el suicidio, otros hablan un poco con la familia.


El 41 % de los afectados están entre 1 y 5 años en sus habitaciones. Existen casos de comorbilidad con otros trastornos como depresión, ansiedad, agorafobia pero también hay casos en que no se da.


En Japón se están publicando muchos libros sobre el tema respondiendo a lo que se supone debe ser una alarma social pero subterránea (la familia suele esconder el hecho de tener un hijo en esta situación). Por otro lado, como es de suponer, existen clínicas especializadas pero en ellas sólo ingresan los chavales que se prestan voluntariamente y el porcentaje es muy pequeño.


Expertos japoneses y extranjeros ya han dedicado extensos ensayos al fenómeno. Algunos expertos consideran al hikikomori como una epidemia, aunque lamentablemente "subterránea, invisible", al ser cómplice, en la mayoría de los casos,la familia, del comportamiento de estos muchachos.


Por su parte el psiquiatra Dr. Tamaki Saito apunta como causa de esta situación a las mentiras que se han ido propagando dentro de la propia sociedad nipona sobre los valores históricos de ésta donde la poesía y la música tradicional celebran a menudo la nobleza de la soledad y la relación que en ese marco se establece entre los muchachos y el papel asignado a la madre, que cuida de ellos hasta bien entrados en la madurez.


“Mientras uno está vivo no hay razón para ponerse a pensar en la tumba que tendrá cuando muera; pero, cuando empiezan a multiplicarse las tumbas de los amigos y conocidos, hay momentos en que la idea nos pasa por la cabeza”.


Yasunari Kawabata."



Gracias al MACUF, Ana Soler, entre otros muchos artistas, ha podido disfrutar de una fantástica beca en el extranjero para completar su formación. Es de ese modo como la artista descubre en el país nipón, una sociedad de grandes contrastes y contradicciones, donde conviven y a la vez se enfrentan, conformándose, los opuestos: lo antiguo y lo nuevo, la alta tecnología y la artesanalidad más tradicional, el capitalismo más feroz y un gran sentido social, el ritmo vertiginoso y la pausa, lo más delicado y lo más brutal...

Ambos mundos se construyen mediante el contacto a base de herir el uno al otro. Evolucionan gracias a cicatrices más o menos invisibles y dolorosas que se asestan mutuamente.

Como indica el propio título de la serie, se trata de golpes, traumas, cortes y heridas que no se ven pero están ahí, escondidas bajo nuestra piel y nuestra alma, pueden tocarse, pueden dibujarse, pueden grabarse.

Así, este serie, requiere pararse en aquello que no se ve a simple vista, aquello que puede pasar desapercibido, aquello que, aún presente, se puede mirar desde otro punto de vista para buscar otra dimensión de la apariencia.


Japón está lleno de pequeños detalles susurrantes que te invitan a mirar más allá de lo evidente, y te llevan a interesarte más profundamente por el origen de su cultura, de su orden social, de su gusto, de su lengua…, para entender lo que pasa en este fantástico y brutal país.


Es así como observando las obras de Soler, somos conscientes de nuestras propias cicatrices invisibles, haciendo que salgan a la luz, nuestros miedos, nuestros temores, nuestros recuerdos o traumas afloran en cada una de sus obras, haciéndolas universales, latentes, vivas, pudiendo así comparar las heridas de Ana Soler, con las heridas del enfermo país Nipón, y como no, con nuestras propias cicatrices invisibles, pues todos tenemos alguna...






11 comentarios:

  1. Hola Ana. Recuerdo que me llamó la atención esta pieza cuando la ví en el MACUF. Ánimo con la página, te he agregado al blogroll, pasaré por aquí, promete. No se si lo de ser licenciado por la usc es bueno o malo jaja Por cierto, cómo conociste mi blog?

    Saludos

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  2. jajajja! Gracias! es todo un acontecimiento!!! el primer comentario en mi blog! sí señor! yo tampoco si es bueno o malo, a nivel trabajo, pero lo que sí tengo claro, es que para mi ha sido bueno!!! Y Ana no! Bea!!!! Ana Soler es la artista! Xd
    No recuerdo cual era tu blog, porque estuve buceando bastante por blogs de arte ayer...así q no recuerdo cual eras tú!

    Un abrazo, Bea

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  3. vale! ya sé quien eres! pues encontré tu blog poniendo, blogs de arte o blogs en Coruña o algo así!

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  4. Joe, lo siento Bea, se me fue la perola con el nombre, que despistado

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  5. No pasa nada! Ya me lo imaginé!

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  6. Muy interesante la reflexión sobre oriente y su choque entre presente y pasado, aunque a mí siempre me ha parecido más una convivencia asombrosamente armoniosa entre la tradición y la modernidad, más que un choque.
    Por otra parte, me encanta tu foto de perfil jeje
    Espero seguir leyendo sobre tu experiencia en el MACUF, y sobre ti.
    Un beso Bea!

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  7. Ola guapo! Gracias! Pero la verdad es que pienso que es muy difícil poder estar cuerdo entre tanta modernidad y tradiciones tan marcadas como algunas de Japón...no lo sé...me encanta Japón, pero también tiene cosas brutales, como todos los lugares del mundo, pues no me digas que no te parece brutal que una madre sea capaz de ver a su hijo encerrado en su habitación sin salir durante meses, o incluso años, es decir, ser un muerto en vida, y no darle un par de bofetadas para que espabile! (entiéndanse bofetadas con cariño...)

    No lo sé, veo complicado llevar bien prejuicios o normas morales muy estrictas y la modernidad más avanzada del mundo...para llevar eso de una manera equilibrada, pienso que es necesario tener la cabeza muy bien amueblada...


    Un beso grande!

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  8. Desde luego hay cosas brutales que no tienen lugar en una sociedad contemporánea y civilizada (aunque esas dos cualidades no siempre van juntas), pero yo me refería al hecho de que tú ves un edificio de nueva construcción, representativo de las últimas tendencias en arquitectura, entras y en uno de sus apartamentos te encuentras una mujer con quimono realizando el ritual del té, esas pequeñas tradiciones que prevalecen sobre las costumbres de hoy en día de una forma realmente bella, o los templos que se respetan más que cualquier otra cosa. Pero tienes razón con respecto a esas costumbres terribles, que para empezar no respetan a los derechos humanos y, sobre todo, a las mujeres, la asignatura pendiente de los países asiáticos.
    Por cierto, muchas gracias por tu comentario, eres un amor! un beso!

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  9. Ola guapisisisimo! En esos aspectos que tú dices, claro que Japón es fascinante! Me muero de ganas de ir!!! Tengo que empezar a ahorrar YA!
    Con un viaje a Tokio y Kyoto ya me conformo.

    Un beso enorme!

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  10. Anónimo11/1/11

    Lo encontré!!!!! de momento a nivel estético me parece muy interesante y atractivo. Lo llenarás de nuevas cosas, estoy seguro de ello!!! Un abrazo. Chema M.

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  11. Gracias!!! La verdad es que lo tengo bastante abandonado!!! Pero seguro que a partir de ahora le daré un impulso!

    Un abrazo!!!

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